viernes, 14 de octubre de 2011

Evanescence Esta De Vuelta por el diario La Nacion Argentina


De nuevos sueños y de sueños rotos, de eso trata el álbum de Evanescence que acaba de llegar a las bateas. Es el tercero de la banda que hoy, más que nunca, lidera la cantante, compositora y pianista Amy Lee. De la formación original sólo quedó ella, y será ella quien tenga por delante el desafío de que este nuevo disco, Evanescence , se acerque al exitoso Fallen (2003), que vendió más de 15 millones de originales en todo el planeta.


Hace un tiempo que la chica de Little Rock (Arkansas, Estados Unidos) se mueve sola. Tras las partidas del bajista Will Boyd, el guitarrista John LeCompt y el baterista Rocky Gray, la chica que en diciembre cumplirá 30 años comenzó a escribir sola. Se tomó un tiempo considerable, se divorció (ERROR PARA RESALTAR JAJAJA), aprendió a tocar el arpa y acá la ven, de vuelta al frente de Evanescence, con un álbum que define como el más pesado de la banda y letras que surcan historias de amores y de desamores.
En Río de Janeiro, Amy se hospedó en la zona de Santa Teresa, en una construcción de tipo colonial que funciona como un pequeño y apacible hotel... salvo, claro está, por los gritos de los fans que esperan afuera y que tendrán su premio cuando la vocalista se asome a saludarlos y a cantar con ellos el single "What You Want". Allí nos recibió y, tras comentar con algo de humor el susto que le daba empezar la gira en Rock in Rio -"Usualmente el primer show es en un lugar pequeño, para algunos fans, pero, miren dónde empiezo... y ante 100.000 personas!"-, se entregó con gusto a la charla. Afuera, su público seguirá cantando en un mediodía carioca que supera los 30°.
Evanescence se mueve entre la calma y la tormenta, entre riffs pesados y melodías dulces, siempre comandado por una Amy Lee de decires tan amables como metafóricos, pero que también pueden virar a dagas filosas para acompañar, como ella dice, el disco más pesado del grupo. Aún suena algo dark y es probable que eso sea inevitable. Está en su esencia, al fin de cuentas la única que sobrevive en la banda que creó junto con Ben Moody a mediados de los 90.
-¿Cómo fue el proceso de creación y de dónde salió la inspiración para encarar este nuevo disco?
-Fue un buen proceso. Al principio, estaba esperando tener una idea. Todos me preguntaban por qué me estaba tomando tanto tiempo para hacer un nuevo disco y para hacer música, arte, lo que sea, se necesita tiempo. Yo empecé a escribir porque amo la música, es un proceso de creación, un largo viaje que fue por distintas direcciones. Primero escribí sola y después con los chicos, y al final del proceso nos juntamos con la banda a hablar. Pusimos todas las ideas sobre la mesa y decidimos qué disco queríamos grabar. Esta no es la manera en la que Evanescense funcionó en el pasado, donde hubo dos escritores.
-Una de las canciones se llama "My Heart is Broken". ¿Hablás de tu corazón?
-Esa canción está inspirada en una amiga, que trabaja en una organización en Nueva York que rescata a las mujeres del tráfico sexual. Yo sabía de eso y me preguntaba cómo puede ser, cómo puede pasar. Nueva York es un lugar grande, pero cómo puede ser que nadie sepa nada y que tantos vivamos como dentro de una caja. A raíz de eso, empecé a interiorizarme en el tema, hablé mucho con mi amiga y aprendí bastante sobre la organización. Y cuando estaba escribiendo, precisamente en Nueva York, sentí que la canción venía a mí, algo que nos suele pasar a los compositores. Fue una de las cosas que más golpearon mi corazón en toda mi vida y tenía que escribir sobre eso. La canción está inspirada en esa trampa, en ese sentimiento de cuando algo te lastima y no podés escapar. Con respecto a mi corazón, no es que nunca haya estado roto, ha pasado muchas veces, pero éste no era el caso.
-El disco se llama Evanescence, quizá para reforzar el hecho de que, a pesar de los cambios, siguen siendo una banda. ¿Cómo describís este momento?
-Evanescence es una banda fuerte en la que todos los integrantes tienen su lugar, cada uno tiene su estilo, y eso se siente en las canciones, en el álbum. No somos tres dimensiones, somos cinco dimensiones. Los oídos tienen que ir más profundo, porque hay más corazones y más cerebros en la situación. Es como empezar de nuevo para nosotros, como redefinirnos. Me separé de mi mente, más de lo que lo había hecho años atrás, no es una gran cosa. Yo me divorcié y volví a ser Amy, que fue algo bueno para mí, porque me acordé y reaprendí cosas. Es como renacer. Estoy acá porque realmente quiero estar acá, amo lo que hago y no he terminado con esto aún.


-¿Te tentó la idea de ser solista?
-No sé, tengo bastante material que no me parece que sea para Evanescence, así que es muy posible que en algún momento haga un disco solista o algo por el estilo.
-El tema 5 se llama "The Other Side". ¿Conociste el otro lado?
-Sí, lo conozco, obvio. ¿Estás hablando del concepto? Es gracioso, cuando llegamos acá los fans estaban cantando esa canción, cuando bajamos, ellos estaban ahí afuera y fue increíble, me encantan esas cosas. Es acerca de la vida y la muerte. El otro lado es la próxima vida. Es acerca de amar a alguien, superar esos niveles de existencia, extrañarlo y no poder estar físicamente con él.
-Tus fans son muy pasionales y en tus letras compartís con ellos experiencias muy personales.
-Es raro, porque soy del tipo de persona que cuida su privacidad, y las cosas que digo son tan personales que nunca las diría en una conversación con alguien. Lo que pasa es que cuando hago música no puedo mentir, es más personal que un montón de conversaciones que pueda tener y es raro porque lo estás compartiendo con extraños de todo el mundo.


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